llueven nubes de algodón en la ciudad,
y van cubriendo
uno a uno los edificios,
una nube rosada aterrizó en el balcón,
y me recuesto sobre ella
para inaugurar la sonrisa del día
me quedo escuchando su respiración,
nadando,
gota a gota ,
en el brillo de mis ojos
submarinos y húmedos
que tienen sed de colores
y amores,
espero que entienda
cuando despierte, mas rosada que nunca,
que esta mañana me enamoré
y no pregunte nada,
no analice
y no cuestione
corro en el medio de un océano de miradas
que no se encuentran
y no dicen nada,
soy un pez que teme romper el mar
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