domingo, 2 de agosto de 2009

llueven nubes de algodón en la ciudad,

y van cubriendo

uno a uno los edificios,



una nube rosada aterrizó en el balcón,

y me recuesto sobre ella

para inaugurar la sonrisa del día



me quedo escuchando su respiración,

nadando,

gota a gota ,

en el brillo de mis ojos

submarinos y húmedos

que tienen sed de colores

y amores,




espero que entienda

cuando despierte, mas rosada que nunca,

que esta mañana me enamoré

y no pregunte nada,

no analice

y no cuestione



corro en el medio de un océano de miradas

que no se encuentran

y no dicen nada,

soy un pez que teme romper el mar

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